Conformación de la Comunidad “Redemptor Hominis”.Arquidiócesis  de Managua, Nicaragua.
Secretaría de Información y Prensa


 

 Rodolfo José López
La noche del miércoles, 4 de marzo 2010, se dió inicio a la conformación de la Comunidad “Redemptor Hominis” en las instalaciones de Instituto Técnico Especializado “Juan Pablo II”, en un evento donde participaron Sus Excelencias, Monseñor Leopoldo José Brenes Solórzano, Arzobispo de Managua y Monseñor Henryk Józef Nowacki, Nuncio Apostólico de la Santa Sede ante Nicaragua, así como el Coordinador de la Comunidad, Monseñor Silvio Fonseca Martínez, Responsable de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Familiar, Vida e Infancia. También asistieron al evento Monseñor Carlos Avilés Cantón, Vicario General y Monseñor Miguel Agustín Mántica, Vicario Episcopal de Pastoral, el Pbro. Rolando Álvarez, Secretario de Información y Prensa y otros invitados especiales.

La Comunidad “Redemptor Hominis”, que toma su nombre de la Encíclica del Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, “Redentor del hombre” publicada en marzo de 1979, es conformada por “…laicos preparados en teología y (que) promueven el pensamiento católico, (para que) iluminen la realidad que estamos viviendo y colaboren en la evangelización de la Iglesia. Es un apoyo con el pensamiento, con la pluma a la evangelización del pueblo nicaragüense, pero sobre todo, la particularidad de ésta comunidad es la reflexión en el sentido de la palabra; la reflexión teológica y filosófica en torno a la fe y la moral” afirma su Coordinador General.

 Monseñor Fonseca explicó que esta comunidad “…nace de la solicitud de los miembros que están aquí, la necesidad de reunir el pensamiento católico… O sea que después, cuando esta comunidad vaya creciendo la Iglesia va a tener aquí una caja de resonancia donde ellos se van a especializar en difundir la fe católica; defenderla de tantos errores que hoy se están viendo en nuestro país. Hay también otra característica en particular de esta comunidad que hará en lo futuro, y es la defensa de la dignidad humana según el Magisterio de la Iglesia. Sentimos necesario proteger a los nicaragüenses frente a las violaciones de los derechos humanos que se dan de muchas maneras. Por otra parte, hay la certeza de una ignorancia religiosa en amplios sectores de la sociedad. Hace falta una escuela que ilumine, que instruya, y en cierta manera este grupo lo va hacer. Esa va hacer su contribución al país, proveyendo doctrina, analizando las situaciones, pero encarnando el Magisterio de la Iglesia, sobre todo en la Doctrina Social de la Iglesia”, afirmó el Prelado.

Monseñor  Silvio  Fonseca

 

Palabras de Monseñor Silvio Fonseca Martínez

 

…Después de esta breve biografía, Juan Pablo II sigue teniendo actualidad para nuestro país. Nicaragua está siendo víctima de mentalidades fracasadas que no deberían tener más cabida en la historia por desconocer la dignidad y derechos de la persona.

 Esto explica el hecho de que algunos pensadores y escritores católicos, y algunos divulgadores  de  la  Verdad  han querido iniciarse en la relectura del pensamiento papal para contribuir a la evangelización de nuestra Iglesia local, apoyando los proyectos y propuestas de nuestros obispos nicaragüenses que requieren la pluma y la opinión de los aquí presentes en esta tarea misionera pedida por nuestro arzobispo.

 

La comunidad “Redemptor Hominis” que hoy nace como tarea de anunciar de que solo Cristo es la respuesta para las interrogantes del hombre; iluminar y clarificar los fenómenos sociales y religiosos que están aconteciendo en Nicaragua; estudiar científica y teológicamente nuevas teorías y opiniones en materia de fe y costumbres; y contribuir al diálogo entre ciencia y fe. Estos breves ideales podrían resumir en parte el pensamiento y magisterio de Karol Wojtyla/Juan Pablo II.

Termino agradeciendo la gentileza del Señor Nuncio, el Señor Arzobispo, invitados especiales, sus vicarios general y episcopal, sacerdotes e integrantes de este proyecto. Nos ponemos bajo la acción del Espíritu Santo.  Este proyecto es humanamente ambicioso, pero no imposible, experimentará éxitos y fracasos, que como cualquier obra de Dios tiene que ser probada como oro en el crisol. Confesamos públicamente que estaremos al servicio de la Iglesia, del Santo Padre y los Obispos, para defender y promover la fe y para compartir las alegrías y tristezas de nuestra nación nicaragüense.”